Mi querida abuela

Jonathan Briones

by Jonathan Briones

Story


La gente siempre recolecta memorias de todo tipo, desde el primer trabajo, el primer día de escuela, pero a veces uno experimenta tantas veces una experiencia, que no tiene la menor idea cuándo empezó, como la primera vez que uno habló, o la primera vez que probaron una sopa, sin embargo, siempre recordaré la primera vez que sentí amor y aprecio hacia alguien: mi abuela.

No importa qué tan triste o solo me sentía, mi abuela siempre encontraba alguna manera de alegrarme los días. Me preparaba una sopa de verduras, prendía la radio, y se sentaba conmigo para acompañarme. Lo que más me encantaba de la felicidad que tenía de mi abuela es que nunca hizo un esfuerzo por hacerme feliz, lo que hacía por mí lo hacía porque era su deber cuidarme, y aun así, su mera presencia era más que suficiente para hacerme feliz.

Ella me hizo apreciar la belleza interna. Hay tantas razones por las que la sociedad debería de considerar a mi abuela como no hermosa, pero aun así, la considero una de las, si no, la mujer más hermosa que conozco. Es por eso que, cuando tenga a mi emperatriz a mi lado, no me sentiré para nada asqueado por ver su vejez progresiva, irónicamente solo me hará amarla más, porque me recordará a mi abuela.

Me encanta sentarme con abuelos, hacerles compañía, y no me levanto hasta que ellos se levanten, nunca sé qué tanto necesitan esa presencia para combatir la soledad. Conozco esa experiencia perfectamente. Ni siquiera tenemos que conversar, yo me considero muy tímido para empezar conversaciones de la nada, y aun así, con solo mi presencia, es suficiente para ver una sonrisa en ellos. Lo sé, es al escribir este tipo de textos que recuerdo por qué no consigo pareja.

No me considero un católico ortodoxo, rara vez voy a la iglesia, y creo en dios, pero no como un ser físico, sino como un sentimiento que todos nosotros tenemos, un sentimiento que nos provee esperanza en los momentos duros. Sin embargo, cuando rezo, solo lo he hecho con un objetivo en mente, y digo:

“Dios, honestamente no sé si estás escuchándome o si realmente estás ahí, pero si lo estás, quiero pedirte un único favor. No pido casi nada de ti, pues mi fuerza y determinación son más que suficientes para lograr mis objetivos sin la ayuda de nadie, ni siquiera la tuya, sin embargo, si hay algo que deseo de ti, es que no me quites a mi abuela. No me refiero a que sea inmortal, sé mejor que nadie que ella tendrá que irse eventualmente, nuestra mortalidad es lo que le da valor a la vida humana, si no lo fuera, no habría urgencia por hacer algo, hacer un cambio. Lo único que te pido es que, cuando sea el momento que ella se vaya, quiero estar ahí con ella. Quiero tomarme un último café con ella, narrarle alguna sección de su revista favorita, que me cuente otra vez sus historias, escuchar música clásica, bailar con ella, secar sus lágrimas si es necesario, darle un beso en la frente, y cuando creas que sea el momento, te la podrás llevar, de la misma manera que te llevarás a mis padres, mis amigos, y a mí también. Es todo lo que te pido, por favor.”


© Jonathan Briones 2023-07-28

Genres
Novels & Stories, Biographies