Sanando la propia sombra.

Por lo general, la medicina no tiene un buen sabor ni un buen aroma, y cualquier proceso de curación no es un paseo agradable en el carrusel. Pero, ¿a qué me refiero cuando digo “trabajo con la sombra”? Permítanme compartir y explicar en base a mi propia experiencia. Para mí, la combinación de la migración a Alemania y el cambio de clima, la falta de sol, ya que venía de vivir en el cálido y hermoso Caribe, la reconfiguración de mi cerebro de mujer a un nuevo cableado de madre, el duro divorcio al que me obligó mi ex marido, hicieron una especie de cortocircuito en mi persona que ahora reconozco como necesario para poder aprender todas las habilidades que he adquirido.

Nadie está preparado “para el momento adecuado”. Es exactamente cuando te encuentras en puntos/situaciones vulnerables en la vida, donde te vuelves humilde y te preguntas quién eres realmente, no quién “ellos” (la familia, la sociedad, la programación) te han dicho que eres, o como deberías ser. La psicología propone que hay 3 estados de la mente: el ego, el yo, el super yo. Sugiere que cuando se vive en sociedad, normalmente se crean 3 máscaras que usar:

* Cómo te gustaría que los demás piensen/perciban de ti.

* Cómo piensas/sientes de ti mismo.

* Cómo eres realmente.

Es cuando llegas a sentir/experimentar lo crudo de cuando estás: exhausto, hambriento, somnoliento o enfermo, cuando tu “lado no tan agradable” sale a la luz. Aprender a mantener la mente fría en estas situaciones, a controlar la respiración interna para no exaltarse por la emoción es, en verdad, un entrenamiento mental. ¿Conoces la alegoría de la caverna, de Sócrates? De la misma manera, cuando nosotros mismos permitimos conscientemente dejar ir los dogmas de la sociedad, la moral, la política o la religión y simplemente nos despegamos hacia el verdadero yo del alma, entonces los miedos se desvanecen, la mente deja de aferrarse al pasado o al futuro creando o recordando escenarios/situaciones donde el dolor y el sufrimiento aún podrían estar atrapados energéticamente causando bucles de sufrimiento innecesario. El dolor es real, pero el sufrimiento es opcional. Adonde vaya tu atención, el tiempo también irá allí. El tiempo como “moneda” en este videojuego cósmico 3D que llamamos “vida”. Mientras tanto, descubrimos si vivimos o no en una especie de simulación de un planeta escuela. Afortunadamente existen alternativas para cambiar el yo presente y también por lo tanto la proximidad de un futuro sanado y mejor. Como dice Morfeo en Matrix: “tenemos la elección”.

El trabajo de la sombra es abrazar todo tu dolor, trauma, tristeza, miedos, rencores, vergüenza y sentimientos o emociones de baja vibración de tu presente y tu pasado y aceptarlos, reconocerlos, liberar la emoción, agradecer por la lección que te trajo, darte cuenta de la causa en lugar de negarla, perdonarte a ti mismo y a los demás. Es muy fácil de decir y escribir, pero créeme que fui al infierno y regresé con recuerditos para poder experimentarlo con el fin de articularlo y poder compartirlo.

El amor es la medicina que todo lo cura.