by DamStti
Miradas hay tantas como hay amores. Hay miradas pasajeras, miradas fugaces, que vienen y se van tan rápido como un auto. Hay miradas de admiración y de reojo, que intentan captar todo de los demás, como una persona en un museo de arte. Hay miradas silenciosas y miedosas, que miran desde el costado sin intervenir. Hay miradas que critican, miradas viscosas, que se te pegan en la memoria como esos stickers de frutillita pero en realidad estan ahà para tapaar inseguridades muy profundas. Hay miradas de alegrÃa, miradas que deslumbran, que se encienden en los momentos más random. Hay miradas que hieren, miradas espinosas, que buscan hacer doler a los demás para no ser heridos. Hay miradas que se buscan y que cuando se encuentran, se quedan mirándose, trabados en el lugar. También hay miradas de desesperanza, miradas vacÃas, tristes, miradas de envidia, de desesperación, enojo, y mentiras, esas que te chupan el alma y te privan de la alegrÃa. Pero están las miradas de esperanza, miradas de orgullo, amor, satisfacción, nostalgia, gratitud, miradas de recibida, miradas hogareñas, amables, serviciales, fieles, miradas de confianza, miradas de pasión, de amor propio, de lujuria, de excitación, de entendimiento.
Tantos tipos de miradas, tantos tipos de amores. Las miradas son interminables, asà que no nos desalentemos porque una mirada termina muy pronto o porque no pudiste mirarte a los ojos con esa persona especial.
Miradas vas a encontrar siempre, quieras o no, a veces tardan mucho en romper, te llenan los ojos de lágrimas y ves borroso por mucho tiempo, pero eventualmente se encuentran otra, y otra, y otra. No nos desesperemos, no nos apuremos, porque si no todas las miradas van a ser pasajeras.
© Dama Sangui 2023-05-16